De todos es sabido que las obras generan suciedad y esta tiende a acumularse durante el tiempo de ejecución. Por tanto, cuanto más largo sea este más necesario será hacer una limpieza fin de obra.
La limpieza fin de obra son trabajos que pretenden acabar con la suciedad acumulada y que afectan principalmente a la superficie de la vivienda, negocio, oficina, etc.
El tipo de limpieza a realizar es muy exhaustiva y debe hacer frente a manchas de cemento, pintura, óxido, grasas industriales, cal, etc.
Existen máquinas y productos de limpieza fin de obra específicos que no solo eliminan la suciedad incrustada sino que además lo hace sin dañar la superficie del material.
La limpieza fin de obra se suele realizar una sola vez, por tanto, esta debe realizarse de forma correcta, utilizando los productos y maquinaria precisa.
Una de las primeras actuaciones que debemos llevar a cabo es deshacernos del polvo acumulado. Para ello, podemos usar un aspirador para limpiar el suelo. En caso de no disponer de él, podemos abrir la ventana y expulsar el polvo con la ayuda de un ventilador. El uso de la escoba, más que solucionar un problema, lo podría agravar si nos da por barrer enérgicamente. Así que tómate tu tiempo.
Una vez limpiado el polvo, es el turno de paredes y techos. Para tal efecto podemos hacer uso de una mopa húmeda.
A la hora de eliminar las manchas incrustadas en el suelo, usaremos el producto limpiador de obra según las instrucciones del mismo junto con un cepillo si este fuera necesario.
Tras el suelo, hay que limpiar cristales, puertas y ventanas.
Una vez lo tengamos listo, toca hacer un último repaso. De nuevo es el turno de la aspiradora.
Cualquier duda sobre limpiadores para superficies, pregúntanos, somos fabricantes.